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Vivo y trabajo en Sevilla.
Pinto aquello que me conecta con la naturaleza, un rincón en la montaña lleno de vida y que me causa miedo, la fuerza que siento frente a una cascada, la mirada de un elefante dulce y sabio aún con su piel ajada, el color de un fragmento de cielo que solo ve mi alma. Yo no pinto, impregno el algodón de sentimientos.
Esta es la respuesta.
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